El Papa Juan Pablo II en su mensaje vocacional del año del jubileo (2000), proclamó que “toda persona es una  vocación”. Y abrió la puerta para que en el mundo entero se celebraran años vocacionales. La Conferencia Episcopal de nuestro país proclamó el año 2003 como un año vocacional para Chile, con el objetivo triple de crear una cultura vocacional propicia, de orar insistentemente y de ayudar a la formación de equipos de promoción vocacional y además promover en la familia el lenguaje vocacional: toda vocación es un servicio y un llamado en ella a la santidad.

Gran importancia tiene también el contexto congregacional. En el año 2001 se realizó el XX Capítulo General marista y se profundizó la “opción por la vida”. La voluntad de Dios se expresa entre nosotros en la urgencia de generar vida, de dar vida, de suscitar y cuidar las vocaciones que Dios nos da.

Las asambleas Provinciales realizadas en el año 2004 sobre la Pastoral Vocacional en Bolivia, Chile y Perú, surgió un diagnóstico, una iluminación y unas propuestas. El Consejo Provincial las concretó en cinco criterios para la pastoral vocacional:

• La principal tarea vocacional es que cada miembro de la comunidad se reencante con la vocación que ha recibido del Señor.
• La Pastoral Vocacional es un compromiso de todos, Hermanos y Laicos/as. Este compromiso debe ser especialmente asumido por los Equipos Directivos.
• El Tema Vocacional debe formar parte de la preocupación diaria del colegio: vivencia de la vida cristiana, enseñanza de la religión, tutorías, orientación, proyecto curricular, movimientos juveniles, etc. de modo que cada componente de dicha comunidad educativa descubra y cultive su vocación.
• La Pastoral Vocacional debe apuntar más a promover el carisma marista, que hacer crecer la Institución . Por este camino, será más fácil encontrar las personas que mantengan dicho carisma.
• Con la Pastoral Vocacional, lo que se pretende es promover y cultivar todas las vocaciones en la iglesia. No obstante ello, deseamos que en cada Sector, se despierte un compromiso mayor en torno al surgimiento de vocaciones de Hermanos y Laicos/as maristas comprometidos.