Los padres, apoderados, profesores, catequistas y monitores, participaron junto a los jóvenes que durante dos años realizaron su preparación para conocer desde el corazón y la vida a Jesucristo y la tarea que nos encomienda al aceptar la gracia de ser sus discípulos. Misión que el Obispo les recordó en su homilía, diciéndoles que por el hecho de pertenecer y participar en un colegio marista, son privilegiados y están llamados a ser líderes en medio del mundo, ser el fermento en la masa, del que habla Jesús en el evangelio. El Rector, antes de la homilía, presentó al Obispo a los alumnos, solicitando que les confirme en la fe que ellos mismos han decidido aceptar como norte de sus vidas. Así mismo dos alumnos expresaron ante la comunidad y el obispo, los motivos por los cuales desean ser confirmados, mostrando desde el corazón, lo importante que ha sido encontrarse con Jesucristo en este caminar de la fe. Con gestos muy paternales, monseñor, les impuso las manos y los ungió para confirmar la libre aceptación de ser testigos y misioneros del evangelio.

La celebración, que fue acompañada por el coro de apoderados del colegio, finalizó con aplausos de toda la asamblea y los abrazos de cariño y alegría entre padrinos y los ya confirmados.