A través de esta obra San Marcelino nos dice que la esperanza aún es posible, pues son posibles los sueños; y que nada es definitivo. Únicamente el amor que a todos devuelve el sentido pasa necesariamente por la solidaridad; es decir, por la capacidad de sentir y ser con el otro; lo que exige de cada uno "un corazón sin fronteras".
Nuevamente se presentó entre nosotros la obra musical Un corazón sin Fronteras la obra original del argentino Manuel González Gil, y que ha inspirado a muchos maristas en el mundo entero. Originalmente fue puesta en escena por el grupo "Catarsis", estrenándose en Buenos Aires y presentándose luego en toda la República Argentina y en Chile. En esta ocasión el motivo eran los cien años de presencia marista en nuestro país, y un grupo de alumnos y exalumnos tomaron el desafío de preparar esta musical, quienes dieron vida a una verdadera fiesta de música, danza, color y actuación de primer nivel que se vieron reflejados en el escenario. La comunidad educativa vibró en cada cuadro representado por los jóvenes de Enseñanza Media. Una obra que pretende ser montada en otros escenarios y llevar a otros colegios maristas su energía y música. Destacamos el esfuerzo de cada uno de los actores y profesores encargados, quienes lograron transmitir emoción y pasión en su trabajo.
A través de esta obra San Marcelino nos dice que la esperanza aún es posible, pues son posibles los sueños; y que nada es definitivo. Únicamente el amor que a todos devuelve el sentido pasa necesariamente por la solidaridad; es decir, por la capacidad de sentir y ser con el otro; lo que exige de cada uno "un corazón sin fronteras". El sueño de san Marcelino es posible hoy gracias al compromiso que cada uno de nosotros queramos y podamos asumir.