En el marco de un Consejo ampliado, profesores, administrativos, auxiliares y comunidades colegiales pudieron escuchar y presentar parte de sus proyectos y actividades y también acoger esta invitación a vivir este año 2012 en el sentido de misión, con un corazón grande, generoso y dispuesto a este nuevo llamado de la Congregación marista.

El lema intenta dar respuestas al llamado de la Misión y Visión marista. En ella se expresa con total convicción que “en comunión con la iglesia, queremos dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar a los niños y jóvenes, preferentemente pobres, para que sean buenos cristianos y buenos ciudadanos, a través de la educación formal y no formal y otras instancias de evangelización” Grabado en la memoria de quienes trabajamos en esta obra y con los mejores deseos para este año 2012 queremos efectivamente entregar nuestro grano de arena para la construcción del reino de Dios. El dibujo que acompaña a este lema son las manos pintadas con la M marista, que representan la generosidad y apertura que deseamos transmitir.

Un año, entonces, para crecer como personas e impregnarnos de espiritualidad. Un año para fomentar espacios de fraternidad y para evangelizar desde la educación, como señala el Capítulo Provincial en uno de sus artículos.

Como dice el hermano Jesús Pérez, Delegado de misión del sector Chile, en su saludo anual a los maristas: “Ante tiempos difíciles y repletos de desafíos en educación, no creo que la respuesta más certera e iluminadora sea la gestión, la tecnología, el ranking, la competitividad…algo más profundo y humanizante, sí puede ayudarnos a reencantarnos por la educación y la escuela” Eso más profundo y humanizante , es sin duda, el sentirnos partícipes, fraternos, solidarios del llamado a evangelizar desde el quehacer educativo, con gestos y palabras, y crear comunidades educativas solidarias en nuestros colegios.

Los objetivos eran discernir sobre qué nuevo modo de ser hermano nos pide encarnar el Señor hoy y reflexionar y hacer propuestas sobre la reestructuración de las comunidades de la provincias, a la luz de la llamada capitular a construir nuevas comunidades. Y llegado el día de la Asunción de la Virgen, se vivió una eucaristía en el Centro de Espiritualidad Marista. La celebración comenzó con una peregrinación encabezada por nuestro Provincial, el Hermano Antonio Peralta, quien llevaba en sus manos la imagen de la Buena Madre.